sábado, 1 de febrero de 2020

Lo que la Biblia enseña: ¿Cuál es el propósito para la Tierra?



“Él ha fundado la tierra sobre sus lugares establecidos; no se le hará tambalear hasta tiempo indefinido, ni para siempre” – Salmo 104:5.

Una generación se va, y una generación viene; pero la tierra subsiste aun hasta tiempo indefinido” – Eclesiastés 1:4.

Como notamos, la Biblia enseña que la Tierra ha sido creada para existir hasta tiempo indefinido #  como la morada de la humanidad como especie, pero no como individuos. Las generaciones van y vienen.

# Véase nota final.

“E hizo de un solo [hombre] toda nación de hombres, para que moren sobre la entera superficie de la tierra, y decretó los tiempos señalados y los límites fijos de la morada de [los hombres],  para que busquen a Dios, por si buscaban a tientas y verdaderamente lo hallaban, aunque, de hecho, no está muy lejos de cada uno de nosotros. Porque por él tenemos vida y nos movemos y existimos” – Hechos 17:26-28

Como notamos, los seres humanos tienen un “tiempo señalado” para morar en la Tierra, lo cual indica que la existencia de los individuos humanos es transitoria. Se nos llama “forasteros y residentes temporales” en la Tierra (1 Pedro 2:11). Pablo también declara que los justos son “extraños y residentes temporales en la tierra” (Hebreos 11:13).

Esto incluso había quedado claro en los tiempos antes de los cristianos, cuando aún no se había explicado en más detalle el asunto de la resurrección celestial:

“Así es que la tierra no debe venderse en perpetuidad, porque la tierra es mía. Pues ustedes son residentes forasteros y pobladores desde mi punto de vista” – Levítico 25:23.

“Hazme conocer, oh Jehová, mi fin, y la medida de mis días... lo que es, para que yo sepa cuán transitorio soy. ¡Mira! Has hecho que mis días sean solo unos cuantos; y la duración de mi vida es como nada enfrente de ti. De seguro todo hombre terrestre, aunque firmemente plantado, no es nada salvo una exhalación”. – Salmo 39:4,5

Sin embargo, la Biblia enseña que colectivamente, una especie humana justa y pacifica habitará la Tierra por los siglos de los siglos:

“Porque tal como los nuevos cielos y la nueva tierra que voy a hacer subsisten delante de mí —es la expresión de Jehová—, así seguirán subsistiendo la prole de ustedes y el nombre de ustedes.” – Isaías 66:22

De la misma forma como la promesa de Abrahán se cumple en sus descendientes, los cuales recuerdan su nombre, así los descendientes de los Hijos renacidos de Dios formarán una humanidad justa que transformará la Tierra en un Paraíso.

“Y ciertamente edificarán casas, y las ocuparán; y ciertamente plantarán viñas y comerán [su] fruto.  No edificarán y otro [lo] ocupará; no plantarán y otro [lo] comerá. Porque como los días de un árbol serán los días de mi pueblo; y la obra de sus propias manos mis escogidos usarán a grado cabal. No se afanarán para nada, ni darán a luz para disturbio; porque son la prole [que está] compuesta de los benditos de Jehová, y sus descendientes con ellos” – Isaías 65:21-23

Cómo notamos en estos pasajes, son la prole y los descendientes de una nueva humanidad la que transformará gradualmente la Tierra en un lugar que ya existe como realidad en las moradas celestiales, un verdadero paraíso.
En el Salmo 115:16 leemos:

 “Los cielos son los cielos de Jehová; y ha dado la tierra a los hijos de los hombres”.

Son en "los hijos", en "la prole", en los "descendientes", en la perpetuación de la especie humana como se cumple la eternidad del hombre como género en la Tierra, pero no en la eternización del individuo en una especie de incorrupción corporal. #

# Véase nota al final de la entrada.

La humanidad siempre existirá y habitará este planeta. E incluso finalmente la Tierra será habitada totalmente por generaciones de personas justas. La Tierra entrará finalmente en una etapa maravillosa (Isaías 11:9). 

La Biblia indica que Dios bendijo a los peces y aves para que procrearan en la Tierra (Génesis 1:22). Después de crear a los animales terrestres  y al hombre, también se le da el mandato de llenar la Tierra (Génesis 1:28). Lógicamente el llenar la Tierra se logra mediante la reproducción y nacimiento de los seres vivos, y no mediante una técnica de resurrección masiva o algún otro sistema, ya que los seres vivientes nacen, se reproducen y mueren. Al leer bien el Génesis, notamos que el hombre entra en ese ritmo de todas las criaturas. Por eso Eclesiastés dice:

“Porque hay un suceso resultante respecto a los hijos de la humanidad y un suceso resultante respecto a la bestia, y ellos tienen el mismo suceso resultante. Como muere el uno, así muere la otra; y todos tienen un solo espíritu, de modo que no hay superioridad del hombre sobre la bestia, porque todo es vanidad.  Todos van a un solo lugar. Del polvo han llegado a ser todos, y todos vuelven al polvo”. – Eclesiastés 3:19,20

Por lo general se suele citar el Salmo 37:29 y otros similares (como Mateo 5) para probar la creencia de una vida imperecedera en la carne humana. Pero estudiemos el contexto del Salmo 37:

18 Jehová está al tanto de los días de los exentos de falta,
y la mismísima herencia de ellos continuará aun hasta tiempo indefinido. 

22 Pues los que están siendo bendecidos por él poseerán ellos mismos la tierra,
pero aquellos contra quienes él invoca el mal serán cortados.

23 Por Jehová los mismísimos pasos de un hombre físicamente capacitado han sido preparados,y en su camino Él se deleita.

24 Aunque caiga, no será arrojado abajo,
porque Jehová está sosteniendo su mano.

25 Un joven era yo, también he envejecido,
y sin embargo no he visto a nadie justo dejado enteramente,
ni a su prole buscando pan.

26 Todo el día él está mostrando favor y prestando,
y así es que su prole está en vías de recibir una bendición.

27 Apártate de lo que es malo y haz lo que es bueno,
y por lo tanto reside hasta tiempo indefinido.

28 Porque Jehová es amador de la justicia,
y no dejará a los que le son leales.

Hasta tiempo indefinido ciertamente serán guardados;
pero en cuanto a la prole de los inicuos, esta en verdad será cortada.

29 Los justos mismos poseerán la tierra,
y residirán para siempre sobre ella.

30 La boca del justo es la que profiere sabiduría en voz baja,
y suya es la lengua que habla justamente.

31 La ley de su Dios está en su corazón;
sus pasos no vacilarán.

El término "para siempre" (TNM "tiempo indefinido") y que se usa para la tierra en Eclesiastés y los Salmos, viene del hebreo ohlam y no significa necesariamente "eterno." Se usa en aspectos relacionados con la ley Mosaica y del sacerdocio Aarónico -cosas que eran de larga duración pero no eternas- como se puede ver cuando se usa una concordancia.

Cómo hemos observado, el Salmista incluye la famosa afirmación de "residirán para siempre" en medio de "hasta tiempo indefinido" y el versículo 18 nos habla de que la "herencia de ellos" es la que durará hasta tiempo indefinido. Claramente esto es en aspecto genérico, porque el mismo Salmista se incluye como ejemplo y dice de un hombre bendecido:

Un joven era yo, también he envejecido,
y sin embargo no he visto a nadie justo dejado enteramente,
ni a su prole buscando pan.

Este tipo de vida bendecida es la que hace referencia Job:

16 Y después de esto Job continuó viviendo ciento cuarenta años, y llegó a ver a sus hijos y sus nietos... cuatro generaciones. 17 Y gradualmente murió Job, viejo y satisfecho de días. 

Sobre el Israel que retornaría del exilio, Jehová también empleó este lenguaje:


.Y ellos tienen que reedificar los lugares que han estado devastados por largo tiempo; levantarán hasta los lugares desolados de tiempos pasados, y ciertamente renovarán las ciudades devastadas, los lugares [que] por generación tras generación [han estado] desolados. 

En vez de la vergüenza de ustedes habrá una porción doble, y en vez de humillación ellos clamarán gozosamente por la parte que les corresponde. Por lo tanto, en su tierra ellos tomarán posesión de hasta una porción doble. Regocijo hasta tiempo indefinido es lo que vendrá a ser suyo. - Isaías 61:4,7

“Porque tal como los nuevos cielos y la nueva tierra que voy a hacer subsisten delante de mí —es la expresión de Jehová—, así seguirán subsistiendo la prole de ustedes y el nombre de ustedes.” - Isaías 66:2


Las figuras literarias presentadas nos indican que los justos y sus hijos heredarán la Tierra. Pero esto no significa una liberación automática de la muerte física. Más bien, la raza o prole humana justa vivirá para siempre como especie, y en alguna etapa avanzada, la muerte física será erradicada para siempre (Rev. 21:3,4).


En el Salmo 37, David está realmente hablando acerca de los tratos de Dios y del modo de manifestarse entonces, en su día, como demuestra una comparación con los versículos 35 y 36. Algunos entienden que las palabras de Jesús en Mateo 5:3-11 aplican a un grupo especial de “ungidos” debido según parece a expresiones como "suyo es el reino de los cielos," etc. Entonces, para ser consistentes, deben entender el versículo 5 (que corresponde con el Salmo 37:11) como que también les aplica a ellos. Pero la realidad es que el Padre ha hecho que Cristo sea el heredero de todas las cosas, incluida la tierra, y sus seguidores también comparten esa herencia. Y Cristo aunque está en los cielos, es el heredero. (Hebreos 1:2; Romanos 4:13-16; 8:15-17) Sin duda, esa es la razón por la que Pablo pudo decir de sus compañeros cristianos que "el mundo" ya les pertenecía a ellos, de modo que en ese sentido ya habían "heredado la tierra" y todas las demás cosas. -1 Corintios 3:21-23.

Sin embargo, en ningún sentido se habla de una permanencia corporal eterna para siempre en la carne de los individuos. Los cristianos que resucitan en los cielos compartirán el conocimiento de la creación universal. Y es colectivamente como los justos vivirán para siempre sobre la Tierra en contraste con los inicuos que serán desarraigados. Y la Tierra en esa época estará llena solamente de personas justas y mansas.

Nuestra misión es que en nuestra área personal y familiar de acción, cuidemos la Tierra, y luchemos por hacerla ahora un lugar mejor. Podemos enseñar a otras personas y a los más jóvenes las enseñanzas de Jesús (que ya consideramos en un capítulo anterior), y también fomentar un cuidado de la Tierra y sus recursos. La ecología y los fundamentos de una vida sana y sustentable pueden ser aplicados por nosotros. Los mismos israelitas fueron educados en el cuidado de la tierra (Levítico 25:1-7). Entonces, la Tierra finalmente será transformada en un Paraíso, y las generaciones futuras lograrán avances y el desarrollo de una civilización basada en la Luz y Vida.



Así las generaciones venideras podrán recibir los frutos de las semillas que plantamos ahora. De ésta forma se cumplirá esta parte de la oración:

“Efectúese tu voluntad sobre la tierra” (Mateo 6:10)

Nota 1 #: Sobre la Incorrupción e Inmortalidad:

“Porque esto que es corruptible tiene que vestirse de incorrupción, y esto que es mortal tiene que vestirse de inmortalidad" - 1 Corintios 15:53.

Sobre la expresión "inmortalidad" hay grupos que han declarado que significa "inacabable e indestructible". Por ejemplo, explican que los ángeles no son inmortales, aunque si tienen vida eterna. Sin embargo, la palabra griega "inmortalidad" significa sencillamente: a
thanaa, que es “no mortalidad”. 

En cambio la expresión "indestructible" viene de otra palabra, la palabra griega a
kalytos, que significa básicamente “indisoluble” y que aparece solo en Hebreos 7:16 en relación a Jesucristo como ser glorificado.

La palabra griega a
fthara significa "incorruptible" (1 Corintios 15:53). Algunos creen que tanto el término "Inmortalidad" como "Incorrupción" no significan lo mismo que "vida eterna" (entendiendo la vida eterna como un proceso de no envejecimiento). Esto sobre todo cuando intentan separar la vida eterna de los ángeles con un grupo especial de humanos que se vuelven supuestamente indestructibles.

Sin embargo, Pablo usa de forma indistinta esos términos. Notemos como hace el contraste:

"porque el que esté sembrando con miras a su carne, segará de su carne la corrupción; pero el que esté sembrando con miras al espíritu, segará del espíritu vida eterna" - Gálatas 6:8.

Notamos como Pablo hace un contraste entre la "corrupción" y la "vida eterna", pudiendo haber utilizado la expresión "incorrupción", pero demostrando que no hace diferencia de términos. Ahora analicemos Corintios:

"Porque esto que es corruptible tiene que vestirse de incorrupción, y esto que es mortal tiene que vestirse de inmortalidad" - 1 Corintios 15:53.

La expresión "corruptible" hace referencia a la "degradación, descomposición y desintegración" de los cuerpos en la materia cuando están sujetos al tiempo. Y la expresión "mortal" a la condición final a la que llega la vida humana en nuestro mundo al morir.

La Obra Perspicacia comenta sobre la palabra "corrupción":

"Este vocablo se compone del prefijo negativo a y una forma del verbo fthéi
rō (que significa “corromper”, 2Co 7:2; “echar a perder”, 1Co 15:33; de donde adquiere el sentido de “degradar”; y también “matar” o “destruir”, 2Pe 2:12). - Perspicacia

Notemos, que por lo tanto, la "corrupción" lleva implícito la degradación.

Ahora bien, lo "inmortal" o "no mortal" se refiere a la nueva condición de la vida adquirida tras la resurrección, e "incorrupción" a la nueva característica de estos cuerpos gloriosos que no están sometidos al desgaste o desintegración por los elementos.

En la Biblia no hay ningún término que hable de "vida incorruptible en la carne", ya que ese quizás sería el término más apropiado para mencionar una supuesta juventud perpetua.

Pero parece ser que ni los llamados "seres perfectos" (con todas las deficiencias que implica entender superficialmente esa expresión) en la Tierra se escapan al proceso de desintegración. Notemos lo que comenta la Obra Perspicacia:

"Incluso los cuerpos humanos perfectos son corruptibles, es decir, pueden deteriorarse o ser destruidos. Por este motivo, el apóstol Pablo pudo decir que Jesús, después de su resurrección, estuvo “destinado a nunca más volver a la corrupción” (Hch 13:34), o no volver a vivir nunca en un cuerpo humano corruptible.

A pesar de que los ángeles son espíritus, tienen cuerpos corruptibles, puesto que se declara que están sujetos a destrucción. (Mt 25:41; 2Pe 2:4; compárese con Lu 4:33, 34.)

Aunque Adán, tenía un cuerpo corruptible, aun siendo perfecto, llegó a estar en “esclavitud a la corrupción” solo cuando se rebeló contra Dios y transmitió esa condición a todos sus descendientes: la raza humana. (Ro 8:20-22.)”- Perspicacia.


Nuevamente notamos como aquí se crea un lío para explicar el asunto de la incorrupción. Todos los textos y pasajes aluden a que esa condición es otorgada en la resurrección en las otras moradas "celestiales". Por lo tanto, la citada obra debe admitir que en la hipotética perfección humana de Jesús y Adán había corrupción. ¡Incluso en los ángeles!

Pero la aplicación del término etimológico objetivo para vida y juventud perfecta en la carne sería precisamente la expresión "incorrupción" o "no deterioro" tal como hemos visto al analizar la palabra.

Por lo tanto, debe entenderse que la corrupción no es causada por el pecado o rebelión, sino que es una condición inherente en la materia. Evidentemente el error de Perspicacia solo estaría en catalogar a los ángeles como seres "corruptibles" pues ellos comparten la naturaleza incorruptible que otorga la resurrección celestial (Véase Lucas 20:36).

Notamos como la Biblia indica que hasta Jesús mismo estuvo en la "corrupción". Hechos 13:34 lo declara:

"Y ese hecho de que lo resucitó de entre los muertos destinado a nunca más volver a la corrupción"

La corrupción era el estado de Cristo como ser humano en la carne. Jesús hubiese envejecido y muerto como todos nosotros si su vida no hubiese acabado antes, ya que la vejez y degradación (corrupción) es inherente a este plano material sujeto al tiempo y el espacio que desgasta los elementos materiales.

La enseñanza de que Jesús no hubiese envejecido no sale en la Biblia. De hecho, solo notamos que hay una sola indicación a una posible juventud perpetua en la carne hacia un apóstol, pero que es desestimada en el mismo pasaje:

"Jesús le dijo: “Si es mi voluntad que él permanezca hasta que yo venga, ¿en qué te incumbe eso? Tú continúa siguiéndome”.  Por consiguiente, entre los hermanos salió este dicho: que aquel discípulo no moriría. Sin embargo, Jesús no le dijo que no moriría, sino: “Si es mi voluntad que él permanezca hasta que yo venga, ¿en qué te incumbe eso?” - Juan 21:22,23

El referido pasaje nos recuerda cuan proclives somos a interpretar mal los dichos expresados en las Escrituras.


Nota 2#: “La Tierra hasta tiempo indefinido”.

Una generación se va, y una generación viene; pero la tierra subsiste aun hasta tiempo indefinido” – Eclesiastés 1:4.

También se dice que a la Tierra “no se le hará tambalear hasta tiempo indefinido, ni para siempre” (Salmo 104:5).

En el texto hebreo original, como hemos visto, ohlám, que se traduce “tiempo indefinido”, y ʽadh, que se traduce “para siempre”. ʽOhlám también pudiera traducirse “muchos años” . El Diccionario bíblico hebreo-español, de Luis Alonso Schökel, dice que ʽadh (“para siempre” en el Salmo)  significa “duración, perpetuidad”.

Sin embargo, también hay otros pasajes  que a veces se omiten y que comentan:

“Desde el principio tú fundaste la tierra,
Y los cielos son obra de tus manos.
Ellos perecerán, mas tú permanecerás;  Y todos ellos como una vestidura se envejecerán;
Como un vestido los mudarás, y serán mudados”. – Salmo 102:25,26

Hay pasajes similares en Isaías 34:4; Hebreos 1:10-12 y Mateo 24:35 donde Jesús dice:

El cielo y la tierra pasarán, mas mis palabras no pasarán”.
                      
Así que la Biblia presenta una posición equilibrada e incluso ajustada a la Ciencia. La Tierra y el universo físico existirán hasta “tiempo indefinido” durante millones y millones de años, y en dónde la Humanidad logrará cosas asombrosas e incomprensibles para nosotros. Pero el universo físico también estará sujeto a una muerte y a una resurrección, una especie de transformación o “cambio de ropas”, tal como enseñan los versículos expresados. La Ciencia de hecho,  ha manifestado que esos cambios en la creación son una constante. Por ejemplo, nuestro Sol (y los planetas asociados) tienen un ciclo de vida que depende de nuestra estrella, la cual agotará su "combustible" en varios cientos de miles de millones de años.

Si quisiéramos argumentar que estos últimos pasajes son netamente simbólicos, también con propiedad podríamos declarar que las citas sobre una perpetuidad total de la Tierra es igualmente simbólica. Pero como hemos comentado, ámbas expresiones son correctas y se equilibran entre sí.

lunes, 13 de enero de 2020

Lo que la Biblia enseña: ¿Qué nos sucede al morir?

La muerte ciertamente causa un inmenso dolor para los sobrevivientes. Sin embargo, ¿qué sucede con la persona que fallece? ¿Reencarnamos? ¿Vagamos como fantasmas? ¿Dónde resucitaremos?

La Biblia otorga respuestas claras en su cuerpo interno de enseñanzas. Analicemos primero el estado de los muertos:

“Porque los vivos tienen conciencia de que morirán; pero en cuanto a los muertos, ellos no tienen conciencia de nada en absoluto” – Eclesiastés 9:5

Los difuntos no se encuentran vagando como fantasmas o almas en pena, sino que están inconscientes en un estado similar a un sueño profundo (Juan 11:11-14). Si muriésemos no sentiríamos el paso del tiempo. Sería similar a un sueño profundo con anestesia. Al despertar no tendríamos conciencia del paso del tiempo. Esto nos alivia de enseñanzas falsas en dónde se cree que los muertos vagan como espíritus.

La verdad es que la inmensa mayoría de los seres humanos aguardan una resurrección al terminar un milenio de tiempo. Revelación 20:5, 12 dice:

“(Los demás de los muertos no llegaron a vivir sino hasta que se terminaron los mil años). Y vi a los muertos, los grandes y los pequeños, de pie delante del trono, y se abrieron rollos. Pero se abrió otro rollo; es el rollo de la vida. Y los muertos fueron juzgados de acuerdo con las cosas escritas en los rollos según sus hechos”.

Los padres que han perdido a sus hijos volverán a reunirse con sus seres queridos. Y las lágrimas serán reemplazadas por ocasiones de felicidad inenarrable (Revelación 21:4).

Sin embargo, hay quiénes de acuerdo a su estado espiritual y relación en Cristo, son resucitados al poco tiempo (Rev. 20:6). Se le llama a ese despertar la “primera resurrección”. La palabra “resurrección” significa “levantarse; ponerse de pie”.

La esperanza para los hombres precristianos

¿Qué esperanza tenían realmente los patriarcas y hombres de fe precristianos? ¿Esperaban una resurrección en la Tierra? ¿Deseaban vivir para siempre en este planeta? Pues bien, en la entrada anterior se trató sobre cual es el concepto verdadero de la “vida eterna”. Ahora bien, sobre los siervos de Dios precristianos se nos dice:

Por fe Abrahán, cuando fue llamado, obedeció, y salió a un lugar que estaba destinado a recibir como herencia; y salió, aunque no sabía adónde iba. Por fe residió como forastero en la tierra de la promesa como en tierra extranjera, y moró en tiendas con Isaac y Jacob, herederos con él de la mismísima promesa.  Porque esperaba la ciudad que tiene fundamentos verdaderos, cuyo edificador y hacedor es Dios” – Hebreos 11:8-10.

Notamos como Abrahán aún cuando ya había llegado a la tierra de la promesa, esperaba una ciudad. ¿Qué ciudad? El mismo Pablo nos explica:

En fe murieron todos estos, aunque no consiguieron [el cumplimiento de] las promesas, pero las vieron desde lejos y las acogieron, y declararon públicamente que eran extraños y residentes temporales en la tierra.  Porque los que dicen tales cosas evidencian que buscan solícitamente un lugar suyo propio.  Y sin embargo, si verdaderamente hubieran seguido acordándose de aquel [lugar] de donde habían salido, habrían tenido la oportunidad de volver. Pero ahora procuran alcanzar un [lugar] mejor, es decir, uno que pertenece al cielo. Por lo tanto, Dios no se avergüenza de ellos, de ser invocado como su Dios, porque les tiene lista una ciudad” – Hebreos 11:13-16.

Notamos que se nos dice que patriarcas que murieron se consideraron residentes temporales en la tierra, que podrían incluso haber regresado al lugar de donde salieron, y que ellos procuran un lugar que pertenece al cielo, ya que Dios les tiene lista una ciudad. Recordemos que justamente Abrahán esperaba esa ciudad. Se nos dice que desean “alcanzar un lugar mejor”, uno que “pertenece al cielo”. Notemos ahora:

“[Hubo] mujeres [que] recibieron a sus muertos por resurrección; pero otros [hombres] fueron atormentados porque rehusaron aceptar la liberación por algún rescate, con el fin de alcanzar una resurrección mejor” – Hebreos 11:35

Observamos como estos profetas anhelaban una “resurrección mejor”, una resurrección no temporal y efímera como la resurrección de muestra que hicieron Elías y Eliseo (1Re 17:17-24; 2Re 4:32-37; 13:20, 21). Esta expresión (“resurrección mejor”) se parece a aquella que dice que ellos desean “alcanzar un lugar mejor”, uno que “pertenece al cielo”.

Y, no obstante, todos estos, aunque recibieron testimonio por su fe, no obtuvieron [el cumplimiento de] la promesa,  puesto que Dios previó algo mejor para nosotros, para que ellos no fueran perfeccionados aparte de nosotros” – Hebreos 11:39,40.

Pablo explica que los cristianos tendrían "algo mejor" porque podrían ser resucitados sin esperar largos milenios como los hombres precristianos, pero indica finalmente que ellos no serían perfeccionados aparte de los cristianos, lo cual muestra que el destino tanto de los creyentes como de los profetas antes de Cristo es la misma Ciudad Celestial. Esto se confirma en la misma carta a los Hebreos:

“Mas ustedes se han acercado a un monte Sión y a una ciudad de[l] Dios vivo, a Jerusalén celestialy a miríadas de ángeles,  en asamblea general, y a la congregación de los primogénitos que han sido matriculados en los cielos, y a Dios el Juez de todos, y a las vidas espirituales de justos que han sido perfeccionadosy a Jesús el mediador de un nuevo pacto” – Hebreos 12:22-24

Notamos que los habitantes de esa ciudad son: ángeles, la congregación de los primogénitos y “la vida de justos que han sido perfeccionados”. Esta es la misma expresión ya analizada de Hebreos 11:40 en relación a los profetas.  Notamos que éstos justos se diferencian de los ángeles y los cristianos, y por lo tanto, son los patriarcas y profetas que esperaban una resurrección celestial.

¿Hay declaraciones en las Escrituras Hebreas que demuestren la esperanza de los patriarcas y profetas?

Job dijo lo siguiente: 

"Y yo mismo bien sé que mi redentor vive, y que, al venir después [de mí], se levantará sobre [el] polvo. Y después de mi piel, [que] han desollado..., ¡esto!  Aun reducido en mi carne # contemplaré a Dios, a quien aun yo contemplaré por mí mismo, y [a quien] mis ojos mismos ciertamente verán, pero no algún extraño." Job 19: 25-27  - TNM 
# Nota: "Aún reducido en mi carne" significa: Lit.: "Aun fuera de mi carne", o: "Aun aparte de mi carne".

Queda patente que resurrección anhelaba Job. (Véase 1 Juan 3:2).
 
Otro caso. El Salmo 17:15 dice:

"En cuanto a mí, en justicia contemplaré tu rostro; [ciertamente estaré satisfecho cuando despierte [a ver] tu forma]" - TNM
.
 "En cuanto a mí, veré tu rostro en justicia; 
estaré satisfecho cuando despierte a tu semejanza"  - Reina Valera 1995. (Véase 1 Juan 3:2)

" ¡Con tu mano, SEÑOR, sálvame de estos mortales que no tienen más herencia que esta vida! Con tus tesoros les has llenado el vientre, sus hijos han tenido abundancia, y hasta ha sobrado para sus descendientes.  Pero yo en justicia contemplaré tu rostro; me bastará con verte cuando despierte" -  NVI

Nota: Es interesante destacar el versículo 14 según la TNM:

"de los hombres de [este] sistema de cosas, cuya parte correspondiente está en [esta] vida" - Sal. 17:14

"Sistema de cosas" aquí significa: "de la duración de la vida". Heb.: me·jé·ledh.

El Salmista anhelaba mucho más que esta vida. Su esperanza de estar satisfecho sería "despertar para ver" la gloria celestial tal como declara el versículo 15.  

Así que lejos de creer que todos los hombres antes de Cristo eran de inclinación terrenal o anhelaban resucitar en la Tierra, esto nos demuestra lo contrario. 

También esta el Levita Asaf quién dijo de si mismo: 

" Guiásteme en tu consejo: y después [me recibirás con gloria]. ¿A quién tengo yo en los cielos? Y contigo [nada quiero en la tierra]. Desmáyase mi carne y mi corazón, ¡ó roca de mi corazón! que mi porción es Dios para siempre. " Salmo 73: 24-26 - RV 1865.

(Es interesante como vierte la TNM "sola" el vr. 24 [me llevarás] aun a la gloria y no "me recibirás" como vierten muchas otras traducciones):
24 Con tu consejo me guiarás,
y después me llevarás aun a la gloria.

25 ¿A quién tengo yo en los cielos?
Y además de ti, de veras no tengo otro deleite en la tierra.

26 Mi organismo y mi corazón han fallado.
Dios es la roca de mi corazón y la parte que me corresponde hasta tiempo indefinido.

La esperanza de Asaf se hace patente. Veamos otros casos:

“Pero yo os digo que muchos de las partes del este y el oeste vendrán y se sentarán a la mesa con Abraham, Isaac y Jacob en el reino de los cielos, mientras que los hijos del reino serán echados a las tinieblas de afuera. Allí es donde serán el llanto y el crujir de sus dientes." (Mateo 8:11.12)

Notamos como se usa la expresión "reino de los cielos". En otra ocasión, Jesús se refirió a esta misma escena al responder a la pregunta:
 “Señor, son unos pocos los que se salvan?” (Lucas 13:23). Como parte de su respuesta, se vuelve a mencionar a los patriarcas judíos como parte del reino:

 “Ahí es donde serán el llanto y el crujir de sus dientes, cuando veáis a Abraham, a Isaac, a Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, pero ustedes mismos arrojados fuera.Además, personas vendrán de las partes orientales y occidentales, del norte y del sur, y se sentarán a la mesa en el reino de Dios” (Lucas 13:28,29).

Es interesante que cuando Jesús nos habla de esos patriarcas, nos comenta sobre la resurrección, y claramente no lo hace en sentido simbólico:

”Pero el que los muertos son levantados, hasta Moisés lo expuso, en el relato acerca de la zarza, cuando llama a Jehová ‘el Dios de Abrahán y Dios de Isaac y Dios de Jacob’”. – Lucas 20:37

Algunos le han tratado de dar un simbolismo a Abrahán, Isaac y Jacob, pero Jesús mismo en otras ocasiones también habló de que él estaría en esa mesa con sus apóstoles (Lucas 22:30). Ciertamente los apóstoles no eran figuras simbólicas.

Si Abraham (Jehová), Isaac (Jesús) y Jacob (que según se cree por algunos,  fuese solo un grupo pequeño con esperanza celestial) son los únicos que se supone que habitarán el cielo, entonces ¿a quiénes representan los “muchas gentes de las partes del este y el oeste”, que “estaban a la mesa con ellos en el reino de los cielos? (Mateo 8:11). En el contexto, Jesús estaba elogiando la fe del centurión gentil al afirmar que muchos gentiles estarían en el reino de los cielos, mientras que los “hijos del reino” (los líderes religiosos del tiempo de Jesús) no lo estarían. La incorporación de estos “muchos de Oriente y Occidente” a “Abraham, Isaac y Jacob” ¡resultarían en muchos más seres humanos en el cielo que sólo unos pocos con esperanza celestial! Además, destruiría la ironía implícita en las palabras de Jesús. Si usted toma sus palabras en sentido literal, Jesús está diciendo que los creyentes gentiles van a estar con los patriarcas judíos en el cielo en lugar de los líderes religiosos judíos contemporáneos. ¡Esas serían las palabras impactantes a sus oyentes!
Mayores problemas se encuentran con las palabras de Jesús en Lucas. “En la mesa en el reino” Otra vez habla de “la gente del este y del oeste, del norte y del sur” recostados a la mesa. Sin embargo, Jesús añade otro grupo, además de los famosos patriarcas judíos: “… cuando veáis a Abraham, Isaac y Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios , y vosotros echados fuera , “Si Abraham , Isaac y Jacob son personas figurativas, a qué o quiénes representan “todos los profetas”? Se desprende de esta escena celestial que incluye a los hombres y mujeres del “gran salón de la fe” en Hebreos, capítulo 11 (no olvidemos que hubo profetisas en el Antiguo Testamento). Sin duda, Jesús estaba diciendo que todos los grandes personajes del Antiguo Testamento iban a estar con los creyentes gentiles en el reino celestial. El apóstol Pablo dijo de estos hombres y mujeres de fe esperaban la ciudad celestial tal como ya hemos analizado (Hebreos 11:13-16; compare Hebreos 11:8-10; Hebreos 12:22, 23 y 13:14). 

Si ascendiera al cielo, allí estarías; y si tendiera mi lecho en el Seol, ¡mira!, tú [estarías allí]” – Salmos 139:8

La Biblia indica que los hombres de fe antes de Cristo como Abrahán resucitaron en los cielos, la cual parece que ocurrió poco después de la resurrección de Jesús. Por lo tanto, es correcto que desde Adán hasta la muerte y resurrección de Jesús no había acontecido ninguna resurrección celestial.

Los fieles estaban durmiendo en la muerte, aunque esperaban la gloria celestial tal como hemos visto en este tema. Por esa razón se dice que "David no ascendió a los cielos" tras él morir (Hechos 2:34) y que hasta la venida de Jesús, "Ningún hombre ha ascendido al cielo sino el que descendió del cielo, el Hijo del hombre". (Jn 3:13). Esto es en relación a la resurrección celestial.


Una resurrección grupal poco después de la Resurrección de Jesús

Ya notamos como el escritor de Hebreos usa ésta expresión: "y a las vidas espirituales de justos que han sido perfeccionados". Parece ser que de alguna forma él pudo saber que habían algunos justos que ya habían sido resucitados al momento de escribir sus palabras. ¿Cómo esto es posible en vista de lo anterior?

7 Ahora bien, a cada uno de nosotros se le dio bondad inmerecida según la manera como el Cristo dio por medida la dádiva gratuita. 8 Por lo cual él dice: “Cuando ascendió a lo alto se llevó cautivos; dio dádivas [en] hombres”. 9 Ahora bien, la expresión “ascendió”, ¿qué significa, sino que también descendió a las regiones inferiores, es decir, a la tierra? 10 El mismísimo que descendió también es el que ascendió muy por encima de todos los cielos, para dar plenitud a todas las cosas. - Efesios 4 (T.N.M)


Aquí Pablo habla de que los cristianos reciben dones y llegan a ser dádivas en hombres gracias al que primero descendió a la Tierra. El texto es muy  interesante. Por ejemplo, en la cita está separado "Cuando ascendió a lo alto se llevó cautivos" de "dio dádivas [en] hombres". El explica que de la misma forma como él asciende literalmente también descendió. Además cuando asciende luego da la plenitud, es decir el Espíritu Santo que sería derramado sobre sus discípulos que serían dádivas. Claramente la expresión "Cuando ascendió a lo alto se llevó cautivos"  es una cita pero que contiene otro elemento aparte de "dio dádivas en hombres".

El siguiente comentario es un tanto técnico pero explica a lo que Pablo se refería con la frase, “llevó cautiva la cautividad” o traducido también  "cuando ascendió a lo alto se llevó cautivos", "CUANDO ASCENDIO A LO ALTO, LLEVO CAUTIVA UNA HUESTE DE CAUTIVOS, Y DIO DONES A LOS HOMBRES". 
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""También le parece claro al escritor que, de acuerdo con el uso en las Escrituras, la frase “llevaste cautiva la cautividad se refiere a la liberación de amigos cautivos. Esta frase ocurre solo dos veces en al Antiguo Testamento—en el Salmo 68:18 que cita el Apóstol y en el cántico de Débora y Barac (Jueces 5:12): “Levántate, Barac, y lleva tus cautivos, hijo de Abinoam.”

Considerada solo como una frase, puede significar una de dos cosas: (1) llevar como prisioneros una cantidad de enemigos, o (2) llevar como recapturados una cantidad de amigos, que habían sido previamente capturados por un enemigo. La segunda parece ser la interpretación más natural y es obviamente el significado de Jueces 5:12, el único pasaje en el cual el contexto determina el significado. Se implica claramente por las palabras, Jueces 4:16, que Barac no tomó prisioneros: “Todo el ejército de Sísera cayó a filo de espada, hasta no quedar ninguno.” La cautividad que llevó Barac tiene que haber sido el Israel cautivo.

Esta, entonces, no es solo la interpretación natural, sino la interpretación escritural que sugiere Efesios 4:8-9—que Cristo descendió al Hades, y luego ascendió al cielo (encima de todos los cielos), llevando a una multitud que ÉL ha liberado (capturado) de la cautividad.-- (Del Comentario de las Santas Escrituras de John Peter Lange, vol.12)""
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Notamos claramente cómo Pablo puede estar hablando de un grupo puntual de personas escogida que resucitaron (estaban cautivos de la muerte),  durante el periodo de la muerte resurrección y ascensión de Cristo.

El evangelio de Mateo sorprende al añadir otros fenómenos prodigiosos no referidos por ningún otro evangelio: un temblor de tierra, el rajarse de las rocas, las tumbas que se abren, y los muertos que resucitan y visitan la ciudad santa siendo vistos por mucha gente.

Algunos han dado explicaciones simbólicas a dichos sucesos, otros dicen que lo que se quiso decir es que el temblor hizo que los cadáveres se vieran en las calles expulsados por la fuerza del movimiento.

 52Y las tumbas conmemorativas se abrieron y muchos cuerpos de los santos que se habían dormido fueron levantados 53 (y algunas personas, saliendo de entre las tumbas conmemorativas después que él fue levantado, entraron en la ciudad santa), y se hicieron visibles a mucha gente. - Mateo 27

¿Es posible que una serie de cadáveres estuviesen expuestos tres días y luego entrasen en la ciudad? ¿Era posible que con las estrictas leyes judías sobre los cadáveres las mujeres fueran a la tumba de Jesús con un camino infestado de muertos expulsados? ¿Por qué no se comenta ese incidente en los otros relatos? ¿Es posible que los cadáveres llegaran tan lejos como a la Ciudad misma? ¿Acaso eso no habría provocado un incidente sanitario y religioso que hubiese provocado verdaderas cuarentenas perturbando las fiestas judías?

“y se abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de santos que habían dormido, se levantaron; 53y saliendo de los sepulcros, después de la resurrección de él, vinieron a la santa ciudad, y aparecieron a muchos.”

La explicación a éste fenómeno es que efectivamente ocurrió una resurrección tras la resurrección de Jesús (esto dio origen a algunas historias posteriores). Se nos habla de los “santos”, lo que indica que eran los fieles precristianos. Todo indica que fue una Resurrección gloriosa tal cómo ocurrió con Jesús. Y partieron a las otras moradas. Esto fue asociado con su posterior ascensión de la Tierra. Ellos serían los “cautivos” llevados a lo alto. Y al parecer a algunos humanos se les otorgó el privilegio de  ver ésta resurrección masiva en las moradas celestiales. 


Parece claro que dichos "testigos" vieron (posiblemente mediante una visión) la resurrección en la "ciudad celestial" y observaron como un grupo de habitantes daban la bienvenida a los "santos" (profetas de antaño). El hecho de que el redactor de Mateo use la expresión "santa ciudad" o "ciudad santa" en referencia a la desacreditada Jerusalén terrestre es extraño. Más bien esa expresión parece más adecuada a la Nueva Jerusalén, la cual es llamada la Santa Ciudad (Apocalipsis 21:2). Pablo, quién tuvo una visión del tercer cielo parece estar involucrado en esta observación (2 Corintios 12:2-4). Notemos como el apóstol declaró algo en términos parecidos:

“Por el contrario, ustedes se han acercado al monte Sión, a la Jerusalén celestial, la ciudad del Dios viviente. Se han acercado a millares y millares de ángeles, a una asamblea gozosa,  a la congregación de los primogénitos inscritos en el cielo. Se han acercado a Dios, el juez de todos; a los espíritus de los justos que han llegado a la perfección” – Hebreos 12:22,23

La resurrección de los santos del AT (Antiguo Testamento) ocurriría cuando viniera el Mesías. Reiteramos, ellos esperaban una resurrección cuando se revelara el Mesías (e incluso "se levantara sobre el polvo"). De hecho, Job (citado anteriormente dice):

"Y yo mismo bien sé que mi redentor vive, y que, al venir después [de mí], se levantará sobre [el] polvo. Y después de mi piel, [que] han desollado..., ¡esto!  Aun reducido en mi carne contemplaré a Dios, a quien aun yo contemplaré por mí mismo, y [a quien] mis ojos mismos ciertamente verán, pero no algún extraño." Job 19: 25-27  - TNM 

De acuerdo con el registro, un rabino había dicho sobre otro santo precristiano:

“R. Jeremías mandó: ‘Cuando me sepulten póngame calzado en los pies y un cayado en mi mano, y tiéndanme de lado, para que cuando venga el Mesías yo esté listo’”. (cit. en Lightfoot, Commentary of the New Testament from the Talmud and Hebraica)

Mucha de esta enseñanza rabínica contenía elementos de verdad. El Mesías, en su más estricto sentido, fue revelado en la resurrección, y es obvio que Cristo produjo las resurrecciones (de algunos santos) como parte de los primeros frutos de Su obra.

El evento se entreteje naturalmente con las enseñanzas del NT como lo que Jesucristo le dijo a María en el cap. 11 de Juan, las palabras de Pablo en cuanto a Cristo, las primicias (plural), y luego los frutos siguientes. Y Cristo llevando cautiva la cautividad (llevando los santos del Seol al primer cielo). 

Colosenses 2:15 dice 
“y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz”. Esta podría ser una referencia al despliegue público del poder de la resurrección de Jesús. Además se nos demuestra como ésta victoria mermaba el poder de Satanás.

Por lo tanto, tanto Abrahán y todos los fieles precristianos fueron resucitados tras la resurrección de Jesús y emprendieron el viaje para la ciudad celestial y las muchas moradas.    

Las moradas celestiales ascendentes

Jesús arrojó luz sobre el destino celestial para los resucitados:

“En la casa de mi Padre hay muchas moradas” – Juan 14:2

Y en Lucas se nos dice:

“Háganse amigos por medio de las riquezas injustas, para que, cuando las tales fallen, se los reciba en los lugares de habitación eternos” – Lucas 16:9

Aquí notamos como se nos describe que hay muchos lugares o moradas para los resucitados.

"El mismísimo que descendió también es el que ascendió muy por encima de todos los cielos, para dar plenitud a todas las cosas" - Efesios 4:10

Parece que Pablo tuvo una vista anticipada de ésos cielos. Concretamente él fue "llevado" al tercero de éstos cielos:

"Conozco a un hombre en unión con Cristo que, hace catorce años —si en el cuerpo, no lo sé, o fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe— fue arrebatado como tal hasta el tercer cielo.  Sí, conozco a tal hombre —si en el cuerpo o aparte del cuerpo, no lo sé, Dios lo sabe—  que fue arrebatado al paraíso y oyó palabras inexpresables que no le es lícito al hombre hablar" - 2 Corintios 12:2-4.

Pablo llama a esa morada celestial, el "tercer cielo", y lo llama "paraíso", lo cual indica que el lugar era sumamente hermoso, un jardín que evocaba al Edén de la Tierra. En ese mundo, se habla una lengua que no le es lícito al hombre terrestre hablar. Parece ser que es la "lengua de los ángeles" que él alude en 1 Corintios 13:1.


El hecho de que exista un "tercer cielo" indica que hay un orden ascendente de esas moradas celestiales. Esto lo confirma la carta a los Hebreos:


"Por fe percibimos que los sistemas de cosas fueron puestos en orden por la palabra de Dios, de modo que lo que se contempla ha llegado a ser de cosas que no aparecen. - Hebreos 11:3


“Por fe percibimos que los mundos fueron puestos en orden por la palabra de Dios, de modo que lo que se contempla ha llegado a ser de cosas que no aparecen” (N.C)

Es interesante que la expresión "puestos en orden" significa:

“fueron preparados; fueron ajustados”. Lit.: “haber sido ajustados hacia abajo”. Gr.: katersthai.

Se nos revela que hay una serie de "cielos" o "mundos" (moradas) que han sido puestas en orden ascendente y que nos llevaría finalmente al "cielo de los cielos" (1 Reyes 8:27).

En un peregrinaje eterno, tal como se analizó en el capítulo que habla sobre la "vida eterna", al vivir en esas moradas y mundos ascendentes, también conoceremos y estudiaremos la creación del Padre en su universo, hasta que finalmente lleguemos al conocimiento pleno del Padre, en su misma Presencia (Juan 17:3).


Ciertamente la belleza y experiencias en esas moradas paradisíacas ascendentes supera lo que podamos imaginar. “La vida que realmente lo es” (1 Timoteo 6:19), la vida verdadera,  se hace plenamente manifiesta en esos mundos.


“Pero así como está escrito: “Ojo no ha visto, ni oído ha oído, ni se han concebido en el corazón del hombre las cosas que Dios ha preparado para los que lo aman” – 1 Corintios 2:9


Cuerpos gloriosos

Los cuatro Evangelios relatan la resurrección de Jesús (Mateo 28:1-10; Marcos 16:1-8; Lucas 24:1-12; Juan 20:1-29). Asimismo, otras porciones de las Escrituras Griegas Cristianas hablan con seguridad de tal evento (1 Corintios 15:3-5).

Notamos que Jesús aparece en un cuerpo similar al que tenía en la carne, pero que sin embargo, parece más perfeccionado y bello. Esto lo notamos cuando María Magdalena no le reconoce de inmediato:

 “Después de decir estas cosas, ella se volvió atrás y vio a Jesús de pie, pero no discernió que era Jesús.  Jesús le dijo: “Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?”. Ella, imaginándose que era el hortelano, le dijo: “Señor, si tú te lo has llevado, dime dónde lo has puesto, y yo lo quitaré”.  Jesús le dijo: “¡María!”. Al volverse, le dijo ella en hebreo: “¡Rabboni!” (que significa: “¡Maestro!”).  Jesús le dijo: “Deja de colgarte de mí. Porque todavía no he ascendido al Padre. Pero ponte en camino a mis hermanos y diles: ‘Asciendo a mi Padre y Padre de ustedes y a mi Dios y Dios de ustedes’”.  María Magdalena fue y llevó las nuevas a los discípulos: “¡He visto al Señor!”, y que él le había dicho estas cosas”. – Juan 20:14-18

Aquí notamos que María no reconoce a Jesús porque tiene un cuerpo al parecer algo diferente. María reconoce a Jesús por un gesto de su voz. Algo similar con los discípulos que lo ven en el camino a Emaús (Lucas 24: 13-35) y que no le reconocen. Solo lo hacen cuando él parte el pan,  en un gesto típico de Cristo. Entonces él desaparece de inmediato de su vista.

Cuando los apóstoles están encerrados y las puertas están aseguradas con cerradura por el temor de los discípulos a los judíos, él se hace visible y se presenta de pie allí en medio de ellos,  como si hubiese atravesado la pared (Juan 20:19). Sin embargo, es interesante que él afirme que aún no es un espíritu en sentido pleno:

“Pero porque estaban aterrados, y se habían atemorizado, se imaginaban que contemplaban un espíritu.  Por eso les dijo: “¿Por qué están perturbados, y por qué se suscitan dudas en su corazón? Vean mis manos y mis pies, que soy yo mismo; pálpenme y vean, porque un espíritu no tiene carne y huesos así como contemplan que yo tengo” – Lucas 24: 37-39

Jesús nos habla que tiene un cuerpo de “carne y huesos”, glorioso, que evidentemente no tiene sangre (1 Corintios 15:50). Pero es un cuerpo parecido al cuerpo humano que tenía, pero que puede viajar rápidamente por largas distancias (desaparecer) y atravesar paredes. Además es ligeramente diferente y más glorioso, aunque él mantenía sus modales y gestos típicos individuales. Parece ser que él se aparece con el primer cuerpo que tendremos en la resurrección, para demostrarnos cuál es nuestro camino tras la muerte. “Yo soy el camino y la verdad y la vida. Nadie viene al Padre sino por mí” (Juan 14:6). Este primer cuerpo finalmente será transformado a un cuerpo totalmente espiritual.

En realidad, la resurrección de Cristo muestra como será la resurrección de los seres humanos:

“Porque si los muertos no han de ser levantados, tampoco ha sido levantado Cristo” (1 Corintios 15:16). “Seremos [unidos con él en la semejanza] de su resurrección” (Romanos 6:5).

Seremos resucitados con un cuerpo semejante a nuestro primer cuerpo con todos nuestros recuerdos, pero sin defectos ni enfermedades, un cuerpo “glorioso”. La Biblia explica esto con claridad y lo hace solo en referencia a esta resurrección superior, Pablo en ningún momento explica que hay una resurrección terrestre. Solo se entrega información sobre esta resurrección gloriosa:

"No obstante, alguien dirá: “¿Cómo han de ser levantados los muertos? Sí, ¿con qué clase de cuerpo vienen?”.  ¡Persona irrazonable! Lo que siembras no es vivificado a menos que primero muera;  y en cuanto a lo que siembras, no siembras el cuerpo que se desarrollará, sino un grano desnudo, sea de trigo o cualquiera de los demás;  pero Dios le da un cuerpo así como le ha agradado, y a cada una de las semillas su propio cuerpo.  No toda carne es la misma carne, sino que hay una de la humanidad, y hay otra carne del ganado, y otra carne de las aves, y otra de los peces.  Y hay cuerpos celestes, y cuerpos terrestres; mas la gloria de los cuerpos celestes es de una clase, y la de los cuerpos terrestres es de una clase diferente.  La gloria del sol es de una clase, y la gloria de la luna es otra, y la gloria de las estrellas es otra; de hecho, estrella difiere de estrella en gloria.

Así también es la resurrección de los muertos. Se siembra en corrupción, se levanta en incorrupción.  Se siembra en deshonra, se levanta en gloria. Se siembra en debilidad, se levanta en poder.  Se siembra cuerpo físico, se levanta cuerpo espiritual. Si hay cuerpo físico, también lo hay espiritual. (…)  Y así como hemos llevado la imagen de aquel hecho de polvo, llevaremos también la imagen del celestial". - 1 Corintios 15: 35-49

Las palabras de Pablo definen la "resurrección de los muertos" como esperanza. No hay nada que indique una resurrección masiva en la Tierra para millones de personas, y si esa fuera una realidad tan importante para millones, Pablo habría dedicado una líneas a explicar que habría otra resurrección "menor" en la carne para millones de lectores, pero no lo hace. Todo otro tipo de resurrección, como veremos, es más bien algo subjetivo e interpretativo extra bíblico, más que una declaración explícita y directa como ésta.

Es más, Pablo notemos lo que Pablo dice "¿cómo han de ser levantados los muertos? Sí, ¿con qué clase de cuerpo vienen?”.  ¡Persona irrazonable!".  Esto posiblemente combatía cualquier idea de una resurrección corporal en la materia. Y luego, pasa a explicar que la "resurrección de los muertos" como arreglo Divino es de naturaleza superior.

Ciertamente la Resurrección nos espera tras la muerte. Al morir no quedamos como almas en pena ni reencarnamos. Experimentamos una resurrección gloriosa como la de Cristo. Y los hombres precristianos esperaron esa resurrección “mejor”. Por lo tanto, en la Biblia en ninguna parte se habla sobre una resurrección terrestre. Sencillamente si en un juicio aportásemos la evidencia que nos habla de una resurrección celestial, ésta evidencia sería abrumadora. En cambio, la creencia en una resurrección terrestre está basada solamente en especulación, sin ninguna base bíblica clara o explicada en las cartas apostólicas.

Jesús les dijo: “Los hijos de este mundo se casan y se dan en matrimonio,  pero los que han sido considerados dignos de ganar aquel mundo y la resurrección de entre los muertos ni se casan ni se dan en matrimonio.  De hecho, tampoco pueden ya morir, porque son como los ángeles, y son hijos de Dios por ser hijos de la resurrección.  Pero el que los muertos son levantados, hasta Moisés lo expuso, en el relato acerca de la zarza, cuando llama a Jehová ‘el Dios de Abrahán y Dios de Isaac y Dios de Jacob’.  Él no es Dios de muertos, sino de vivos, porque para él todos ellos viven” – Lucas 20:34-38

Una resurrección terrestre podría generar muchos problemas, tal como se desprende de la situación hipotética consultada a Jesús. 

Pero lo importante, es que podemos confiar en que la muerte es solo un sueño y que para el Padre Celestial el tiempo no existe, él no pierde a sus hijos dormidos aunque pasen siglos,  y él tiene seguras a las personas que están en ese sueño. Podemos afrontar la muerte con la misma confianza con la cual dormimos todas las noches, y podemos consolar también a quiénes están de duelo.

Notemos lo que Jesús enfatizó en todas sus acciones asociadas a la resurrección. ¿Dónde puso el énfasis?:

 “¿Por qué causan ruidosa confusión y lloran? La niñita no ha muerto, sino que duerme” – Marcos 5:39

“Joven, yo te digo¡Levántate!” (o ¡Despierta!) – Lucas 7:14

 “Nuestro amigo Lázaro está descansando, pero yo me voy allá para despertarlo del sueño” – Juan 11:11

Hemos visto en Corintios que la única definición clara y sólida de la esperanza de la Resurrección asociada en la Biblia es una Resurrección gloriosa, y no terrestre. El no define ni menciona a esa posible resurrección como secundaría. Simplemente no existe.  Pero a raíz de los versículos citados de éstas acciones asociadas a la resurrección y que hizo Jesús (especialmente la de Lázaro), podríamos creer que lo anterior sirve como base para deducir una resurrección terrenal, pero, ¿es así?

Las resurrecciones menores que Jesús efectuó en la Tierra no eran para demostrar que existirán resurrecciones terrestres, ya que los hombres incluso precristianos esperaban una “resurrección mejor” (Hebreos 11:35). Más bien era para resaltar que es realmente la muerte, y que el poder de Dios sobre la misma es igual que el que tenemos cuando despertamos a alguien del sueño. De ahí al énfasis de Jesús en hacer esa comparación. De hecho, esas mismas personas resucitadas volvieron a morir. Por lo tanto, el Maestro no estaba centrado en enseñar que habría una resurrección terrestre, sino que más bien, Dios tiene el poder de traer a las personas de vuelta a la vida. 

Ciertamente debido a lo anterior, podríamos preguntarnos si aquello sería lo más lógico para nuestros anhelos naturales, pero estaríamos basando una esperanza en una idea deductiva especulativa, y no en las declaraciones anteriores más categóricas y claras sobre la Resurrección como parte del propósito de Dios. 

Por ejemplo, el embarazo de María con un ser celestial fue una acción singular y única que implicó transferir la vida de un ser celestial a la matriz de una mujer, pero aquello no significó que eso iba a ser la norma para las materializaciones de los ángeles en la Tierra. A veces un razonamiento deductivo que carezca de soporte bajo otras declaraciones, podría inducirnos al error.

Sin duda, a raíz de ésto nos surgirán otras preguntas relativas a cual realmente es el propósito de la Humanidad y la razón de nuestro paso por éste mundo. La próxima entrada analizará ésta cuestión.

Lo importante es que para nuestro Señor y nuestro Padre la muerte es solo un sueño. Podemos confiar plenamente en la resurrección y que nada tiene poder para separarnos del Amor de Dios (Romanos 8:37-39).

       
Apéndice

¿Presenta una objeción a los santos resucitados tras la resurrección de Jesús, la declaración de 2 Timoteo 2:18?

"Estos mismos se han desviado de la verdad, diciendo que la resurrección ya ha sucedido; y están subvirtiendo la fe de algunos"- 2 Timoteo 2:18.

Quizás sí Pablo estaba combatiendo algunas historias (algunas sugerían que los resucitados se quedaron a vivir en la Tierra por siglos) distorsionadas, exageradas o apócrifas sobre la narrativa de Mateo 27:52,53, pero es bueno contextualizar sus dichos.

Pablo habla de Himeneo y Fileto, quienes Pablo nombra en 2 Timoteo 2:17. Estos hombres eran aparentemente miembros de la iglesia (ellos "nombran el nombre de Cristo"—verso 17.) Ellos eran preteristas (la palabra "preterista" es un término gramático que describe lo que es "pasado") en cuanto a la resurrección y probablemente preteristas en cuanto a la Segunda Venida de Cristo también. Pablo nos dice en 2 Timoteo 2:18 acerca de su creencia de que "la resurrección ya ha pasado." ¿Cómo podían estos haber recibido algún prestigio en la iglesia si no hubiesen aceptado la doctrina de la Resurrección?

En realidad ellos abrazaron la idea de que la resurrección espiritual del Cristiano es pasada o que la resurrección espiritual de Israel es pasada. Por eso ellos argumentaban que no habría resurrección corporal-espiritual futura para los creyentes (o aun de los no creyentes.) Ellos no hablaban de una resurrección corporal, más bien le daban un sentido casi metafísico simbólico como los gnósticos que negaban el cuerpo. Ellos declaraban que los cristianos ya habían sido resucitados al aceptar la investidura de la religión (como una especie de doctrina Masónica) y que no necesitarían una resurrección corporal celestial, sino que su alma ya inmortal abandonaría el cuerpo sin la necesidad de la resurrección.

Quizás sintiendo el problema de consistencia, algunos Himeneanos están jugando con la idea de que no hubo una encarnación de Cristo tampoco. A pesar de ciertas discontinuidades en el movimiento, todos los Himeneanos disminuyen el cuerpo – creyendo que el cuerpo es extraño al ser humano.

Es digno de reconocer que la misma Watchtower apoya éste punto de vista y dice:

"El apóstol Pablo exhortó a su compañero de labores Timoteo a evitar por todos los medios las ideas de los apóstatas, como Himeneo y Fileto, cuya palabra “se esparcir[ía] como gangrena”. Y añadió: “Estos mismos se han desviado de la verdad, diciendo que la resurrección ya ha sucedido; y están subvirtiendo la fe de algunos” (2 Timoteo 2:16-18). Al parecer, Himeneo y Fileto enseñaban que la resurrección era solo simbólica y que los cristianos ya habían resucitado en sentido espiritual. Es cierto que cuando nos convertimos en auténticos discípulos de Cristo llegamos a vivir a los ojos de Dios, algo que el mismo Pablo expresó abiertamente (Efesios 2:1-5). Sin embargo, la enseñanza de aquellos dos falsos maestros no tomaba en cuenta la promesa de Jesús de que los muertos resucitarán en sentido literal bajo el Reino de Dios (Juan 5:28, 29).

La idea de una resurrección puramente simbólica fue desarrollada más tarde por el gnosticismo. Creyendo que era posible alcanzar el conocimiento (griego, gnósis) por medios misteriosos, los gnósticos unieron doctrinas del cristianismo apóstata, ideas filosóficas griegas y tradiciones del misticismo oriental. Por ejemplo, sostenían que la materia era mala y que, por tanto, Jesús no vino en carne, sino en un cuerpo aparente (doctrina conocida como docetismo). Era precisamente contra este tipo de error que había advertido el apóstol Juan (1 Juan 4:2, 3; 2 Juan 7)". - La Atalaya 2006
w06 1/12 págs. 4-7